31 de desembre de 2013.
Praia de Bombinhas. Florianópolis.
Praia de Bombinhas. Florianópolis.
El dia comença una mica fotut, un dels meus
somnis per aquest any era poder començar l’any en un bany al mar, com és
tradició a brasil. Saber que no podré fer-ho em fa enrabiar moltíssim, però
tampoc puc queixar-me: estic banyant-me un 31 de desembre. Ja és prou.
Encara que em fa ràbia no complir la tradició,
em centro en pensar que tinc molts anys per davant i que si jo ho vull: aquest
no serà l’únic cap d'any que passi a Brasil.
Ma mare però, segueix capficada en seguir les
tradicions de sempre. I jo, que no li trobo cap gràcia al raïm i me’l menjo per
quedar bé cada any, aprofito i convenço a la Sandra: menjarem 12 trossets de
pão de queijo. I necessitarem molta caipirinha per fer-ho.
Veiem les campanades en horari espanyol
estirats al llit, ens vestim de blanc i baixem al sopar gratuït de l’hotel, que
per ser gratuït és boníssim. 
Baixem al passeig a veure quatre cantants
desconeguts i una boja que fa un compte enrere. Tenim moments de confussió, una
dona que obre el cava abans d’hora i per fi intentem menjar 12 coses en 10
segons per acabar tirant-nos raïm i pa de formatge per sobre. Caipirinha en mà
veiem els mil focs artificials i ballem samba descalços a l’asfalt. 
L’any no comença gens malament.

El día empieza un poco mal, uno de mis sueños para este año era poder comenzarlo con un baño en el mar, como es tradición en Brasil. Saber que no lo podré hacerlo me fastidia muchísimo, pero tampoco me puedo quejar: estoy bañándome un 31 de diciembre. Ya está bien.
Aunque me de rabia no cumplir la tradición, me centro en pensar que tengo muchos años por delante y que si yo quiero éste no será el único comienzo de año que pase en Brasil.
Al contrario, mi madre sigue obcecada en seguir las tradiciones de siempre. Y yo, que no le encuentro ninguna gracia a lo de las uvas y me las como para quedar bien cada año, aprovecho y convenzo a Sandra: comeremos 12 trocitos de pão de queijo. Y necesitaremos mucha caipirinha para hacerlo.
Vemos las campanadas en horario español estirados en la cama, nos vestimos de blanco y bajamos a la cena gratuita del hotel, que para ser gratuita está buenísima.
Bajamos al paseo a ver cuatro cantantes desconocidos y una loca que hace una cuenta atrás. Tenemos momentos de confusión, una señora que abre el cava antes de hora y por fin intentamos comer 12 cosas en 10 segundos para acabar tirándonos uvas y pan de queso por encima. Caipirinha en mano vemos los mil fuegos artificiales y bailamos samba descalzos en el asfalto.
El año no comienza nada mal.
   
L’any no comença gens malament.

El día empieza un poco mal, uno de mis sueños para este año era poder comenzarlo con un baño en el mar, como es tradición en Brasil. Saber que no lo podré hacerlo me fastidia muchísimo, pero tampoco me puedo quejar: estoy bañándome un 31 de diciembre. Ya está bien.
Aunque me de rabia no cumplir la tradición, me centro en pensar que tengo muchos años por delante y que si yo quiero éste no será el único comienzo de año que pase en Brasil.
Al contrario, mi madre sigue obcecada en seguir las tradiciones de siempre. Y yo, que no le encuentro ninguna gracia a lo de las uvas y me las como para quedar bien cada año, aprovecho y convenzo a Sandra: comeremos 12 trocitos de pão de queijo. Y necesitaremos mucha caipirinha para hacerlo.
Vemos las campanadas en horario español estirados en la cama, nos vestimos de blanco y bajamos a la cena gratuita del hotel, que para ser gratuita está buenísima.
Bajamos al paseo a ver cuatro cantantes desconocidos y una loca que hace una cuenta atrás. Tenemos momentos de confusión, una señora que abre el cava antes de hora y por fin intentamos comer 12 cosas en 10 segundos para acabar tirándonos uvas y pan de queso por encima. Caipirinha en mano vemos los mil fuegos artificiales y bailamos samba descalzos en el asfalto.
El año no comienza nada mal.
.jpg)
Nenhum comentário:
Postar um comentário
I tu què? Llegeixes i no em dius res? ;)