Per si no fos prou estrany declarar-se en
vacances d’estiu un 11 de desembre. Per si no em posés prou nerviosa tenir per
davant un viatge de tres mesos amb gairebé res controlat. Per si no estigués
prou alterada per haver entregat el projecte ràpid i corrents, i haver
presentat a última hora. Els meus primers i últims 4 dies de vacances a Poa estan sent més que intensos.
Tot va acabar i començar dimecres. 
Després de
presentar el projecte als professors, enfadats perquè arribàvem molt tard i els
havíem mig timat (acabant l’entrega a última hora de dimecres que hauríem
d’haver entregat dilluns), l’últim Orfanatrofio de l’any va ser simplement una
mirada de confiança, un somriure de satisfacció i recolzar el cap a l’espatlla
del Paco en un símbol de “No puc més. Ara vull vacances!”. 
I així, dedicant el
dijous íntegrament a dormir tot el que feia dues setmanes que no dormíem, a
skypejar tot el que fa 5 mesos que no skypejo i aprofitar la bona vida d'estiu.
Previsora com sóc, i amb un bon conseller, ja
vaig començar a pensar en què m’acompanyaria en el meu viatge i què no.
Sincerament, triar només 3 samarretes per vestir durant 3 mesos és de les
decisions més difícils que he hagut de prendre a la meva vida.
![]()  | 
| Tinc uns amics molt rarets | 
![]()  | 
| M'estic guanyant moltes òsties barcelonines | 
Em calço les botes de muntanya i el mochilão a
l’esquena per caminar 20 minuts fins a casa del Paco. Tot perfecte. Allà faig
una classe màster-exprés de què cal dur a la motxilla, de com es renta la roba
bruta i altres bases de la supervivència motxilera. (Ni que jo tingués puta
idea de com va això... sembla que aquí tothom confia en el meu criteri menys
jo!).
Ens decidim per anar a dir adéu als altres
viatgers, marxen a fer un viatge per la costa de Brasil durant aquests tres
mesos i són tan guais que s’han fet un blog per explicar-nos les seves aventures. 
Ens distraiem i acabem fent l’últim
sopar familiar de l’any al McDonald’s 24h. Caroline, Paco i jo. El Paco marxa i
no ens retrobarem fins al febrer. Ai. No vull ni pensar-ho. 
Tornem a casa i el Paco decideix no dormir. No
té temps a preparar-s’ho tot i a més, neixen de cop certs problemes que fan que
no només hagi de preocupar-se pel viatge, sinó per mudar-se. Moro de cansada i
em desperto allà el migdia següent. Sembla que tot està preparat. Calen pocs
favors: bullir pasta com a últim dinar, convèncer de la necessitat d'uns anti-diarreics a la motxila, tancar maletes, buidar l'habitació
i netejar una paret.
Hem sortit al carrer a dir adéu al taxi. El
Paco ha marxat a començar el viatge de la seva vida. Nosaltres farem el mateix
en mig mes. Anirà tot bé? Crec que estic més nerviosa, més estressada i més
preocupada que ell mateix. Però així hem funcionat molt bé... jo tinc por i ell
me la treu. Jo estic preocupada i ell transpira seguretat.
Ha marxat i jo m'he quedat allà. A la, fins ara, meva segona casa a Porto Alegre. Rodejada de maletes que he de portar a casa.
Queden 4 dies per començar l’aventura.
Ai.
CUATRO DIAS
Por si no es suficientemente extraño declararse en vacaciones de verano un 11 de diciembre. Por si no estoy ya bastante nerviosa de tener por delante un viaje de tres meses con casi nada controlado. Por si no estoy ya suficientemente alterada por haber entregado el proyecto rápido y corriendo, y haber presentado a última hora. Mis primeros y últimos 4 días en Poa están siendo más que intensos.
Todo va a acabar y empezar el miércoles.
Después de presentar el proyecto a los profesores, enfadados porque llegábamos muy tarde y los habíamos medio timado (acabando que deberíamos haber entregado el lunes, a última hora del miércoles), el último Orfanatrofio del año fue simplemente una mirada de confianza, una sonrisa de satisfacción y apoyar la cabeza en el hombro de Paco en un gesto de "No puedo mas. ¡Ahora quiero vacaciones!".
Y así, dedicando el jueves íntegramente a dormir todo lo que hacía dos semanas que no dormíamos, a skypear todo lo que hace 5 meses que no skypeo y aprovechar la buena vida del verano.
Previsora como soy, y con un buen consejero, ya comencé a pensar en que me acompañaría en mi viaje y qué no lo haría. Sinceramente, escoger solo 3 camisetas para vestir durante 3 meses, es una de las decisiones más difíciles que he tenido que coger en mi vida.
Me calzo las botas de montaña y el mochilão en la espalda para caminar 20 minutos hasta casa de Paco. Todo perfecto. Allí hago una clase master-exprés de qué hay que llevar en la mochila, de cómo se lava la ropa sucia y otras bases de la supervivencia mochilero (ni que yo tuviese idea de cómo va esto… ¡parece que aquí todo el mundo confía en mi criterio menos yo!).
Nos decidimos por ir a decir adiós a los otros viajeros, que se van a hacer un viaje por la costa de Brasil durante estos tres meses y son tan guais que se han hecho un blog para explicarnos sus aventuras.
Nos distraemos y acabamos haciendo la última cena familiar del año en el McDonald's 24h. Caroline, Paco y yo. Paco se va y no lo volvemos a ver hasta febrero. No quiero ni pensarlo.
Volvemos a casa y Paco decide no dormir. No tiene tiempo de preparárselo todo y encima, surgen de repente ciertos problemas que hacen que no solo tenga que preocuparse por el viaje, sino por mudarse. Muero de cansancio y me despierto allá al mediodía. Parece que todo está preparado. Bastan pocos favores: cocer pasta como última comida, convencer de la necesidad de unos antidiarreas en la mochila, cerrar las maletas, vaciar la habitación y limpiar la pared.
Hemos salido a la calle a decir adiós al taxi. Paco se ha ido a empezar el viaje de su vida. Nosotras haremos lo mismo en medio mes. ¿Irá todo bien? Creo que estoy más nerviosa, más estresada y más preocupada que él mismo. Pero así hemos funcionado muy bien… yo tengo miedo y él me la quita. Yo estoy preocupada y él transpira seguridad.
Se ha ido yo me he quedo allí. En, hasta ahora, mi segunda casa en Porto Alegre. Rodeada de maletas que me he llevado a casa.
Quedan 4 días para empezar la aventura.
Ai.
  
Por si no es suficientemente extraño declararse en vacaciones de verano un 11 de diciembre. Por si no estoy ya bastante nerviosa de tener por delante un viaje de tres meses con casi nada controlado. Por si no estoy ya suficientemente alterada por haber entregado el proyecto rápido y corriendo, y haber presentado a última hora. Mis primeros y últimos 4 días en Poa están siendo más que intensos.
Todo va a acabar y empezar el miércoles.
Después de presentar el proyecto a los profesores, enfadados porque llegábamos muy tarde y los habíamos medio timado (acabando que deberíamos haber entregado el lunes, a última hora del miércoles), el último Orfanatrofio del año fue simplemente una mirada de confianza, una sonrisa de satisfacción y apoyar la cabeza en el hombro de Paco en un gesto de "No puedo mas. ¡Ahora quiero vacaciones!".
Y así, dedicando el jueves íntegramente a dormir todo lo que hacía dos semanas que no dormíamos, a skypear todo lo que hace 5 meses que no skypeo y aprovechar la buena vida del verano.
Previsora como soy, y con un buen consejero, ya comencé a pensar en que me acompañaría en mi viaje y qué no lo haría. Sinceramente, escoger solo 3 camisetas para vestir durante 3 meses, es una de las decisiones más difíciles que he tenido que coger en mi vida.
Me calzo las botas de montaña y el mochilão en la espalda para caminar 20 minutos hasta casa de Paco. Todo perfecto. Allí hago una clase master-exprés de qué hay que llevar en la mochila, de cómo se lava la ropa sucia y otras bases de la supervivencia mochilero (ni que yo tuviese idea de cómo va esto… ¡parece que aquí todo el mundo confía en mi criterio menos yo!).
Nos decidimos por ir a decir adiós a los otros viajeros, que se van a hacer un viaje por la costa de Brasil durante estos tres meses y son tan guais que se han hecho un blog para explicarnos sus aventuras.
Nos distraemos y acabamos haciendo la última cena familiar del año en el McDonald's 24h. Caroline, Paco y yo. Paco se va y no lo volvemos a ver hasta febrero. No quiero ni pensarlo.
Volvemos a casa y Paco decide no dormir. No tiene tiempo de preparárselo todo y encima, surgen de repente ciertos problemas que hacen que no solo tenga que preocuparse por el viaje, sino por mudarse. Muero de cansancio y me despierto allá al mediodía. Parece que todo está preparado. Bastan pocos favores: cocer pasta como última comida, convencer de la necesidad de unos antidiarreas en la mochila, cerrar las maletas, vaciar la habitación y limpiar la pared.
Hemos salido a la calle a decir adiós al taxi. Paco se ha ido a empezar el viaje de su vida. Nosotras haremos lo mismo en medio mes. ¿Irá todo bien? Creo que estoy más nerviosa, más estresada y más preocupada que él mismo. Pero así hemos funcionado muy bien… yo tengo miedo y él me la quita. Yo estoy preocupada y él transpira seguridad.
Se ha ido yo me he quedo allí. En, hasta ahora, mi segunda casa en Porto Alegre. Rodeada de maletas que me he llevado a casa.
Quedan 4 días para empezar la aventura.
Ai.

.jpg)
Nenhum comentário:
Postar um comentário
I tu què? Llegeixes i no em dius res? ;)